Milla 200

¿Qué sucede con la pesca pirata en nuestro país?

 

                                                                                                                  

Las riquezas de nuestro mar argentino conforman ganancias que se traducen en millones de dólares en mercadería pesquera: calamar, centolla y merluza son solo algunos de los recursos que, al día de hoy, son cotizados y explotados por los buques poteros y de arrastre de bandera extranjera que se infiltran más allá de la milla 200 la denominada “zona económica exclusiva”. Esta se extiende hasta una distancia de 200 millas y es aquí donde aplican los derechos de soberanía argentina para los fines de la exploración y explotación, conservación y administración de los recursos marítimos (vivos y no vivos) del lecho del mar.

Sin embargo, durante los inicios del 2021, se detectó una flota de 500 embarcaciones extranjeras que realizan pesca ilegal, no declarada o no reglamentada. “Están alambrando”, así se denomina en la jerga a los buques extranjeros que esperan en la milla 201, o incluso sobre el límite: tienen radares y están a la expectativa por si se acerca un barco de Prefectura Naval. Cuando saben que no hay vigilancia próxima, aprovechan para ingresar, ya que el recurso es más abundante adentro del Mar Argentino. Esto pone en riesgo no solo a nuestra autonomía económica sino que además, perjudica gravemente al ecosistema y su biodiversidad marina.

La ley federal de Pesca establece en su art. 51 que una vez confirmada la actividad ilícita por parte de estas embarcaciones extranjeras, la Argentina posee la autoridad para aplicar sanciones monetarias según lo establecido en la normativa vigente Ley 27.564 (octubre de 2020)

Según nos confirma el delegado del Centro de Patrones de Mar del Plata, Gustavo Trespando, este nuevo piso del básico en las multas para los buques de bandera extranjera que depredan la zona soberana de nuestro país, era muy esperado por todo el sector pesquero argentino ya que “abundaba la preocupación entre las empresas argentinas con respecto a la falta de recursos autóctonos.”

El delegado aseveró que durante los años 90’ los precios anteriormente estipulados de las multas eran correctos ya que se trataba del 1 a 1 (con el Usd.) y “una multa de 500.000 pesos equivalía a 500.000 dólares, implicando una riesgosa pérdida para los países que pescaban ilegalmente, pero antes de la sanción de este último aumento las multas eran un chiste: $500.000 pesos para esta gente no representa nada teniendo en cuenta lo que se llevan.”